OZZY OSBOURNE
«Blizzard Of Ozz / Diary Of A Madman (30th Anniversary Edition)»
(Sony Music/Epic Records)
Los años pasan y el metal se está volviendo viejo, pero inmortal. Discos que cumplen veinte, treinta y hasta cuarenta años han sido re-editados en los últimos tiempos. Esta vez les toca a dos clásicos, que casi como mellizos nacieron con unos pocos meses de diferencia. Estamos hablando de los dos primeros lanzamientos de Ozzy como solista, en momentos en que nadie se animaba a apostar por el recién despedido cantante de Black Sabbath.
El primero de ellos fue “Blizzard of Ozz”, lanzado el 20 de Setiembre de 1980 en el Reino Unido y el 27 de Marzo de 1981 en los Estados Unidos. Un tremendo álbum lleno de clásicos, que lamentablemente no goza del sonido que merece, por la falta de credibilidad que generaba Osbourne en las disqueras. La estrella principal fue el guitarrista (hasta el momento desconocido) Randy Rhoads, quien dejó riffs y solos memorables, y desarrolló técnicas novedosas. Desde el comienzo con “I Don’t Know”, “Crazy Train”y “Goodbye To Romance”, luego las polémicas “Suicide Solution” y “Mr. Crowley”, cinco temas que son clásicos infaltables en cualquier set-list del Madman, o en los tantos discos tributos que hay en la vuelta. Quizá menos conocidas pero de igual calidad, tenemos “Dee”, una hermosa pieza en la que Randy muestra sus cualidades con la guitarra clásica; la graciosa “No Bone Movies”, que trata sobre la adicción a las películas porno; después viene una verdadera obra maestra llamada “Revelation (Mother Earth)”, donde Rhoads y Don Airey (teclados) hacen maravillas y Ozzy canta con su voz única una letra espectacular donde le pide perdón a la tierra por las cagadas del hombre. Cuando el tema llega al momento de mayor intensidad, se corta para dar paso abruptamente a “Steal Away (The Night)”, en la que la viola es el alma principal con otro riff memorable. Las novedades en esta nueva re-edición son varias: primero (y por suerte) tenemos las pistas originales de bajo y batería grabadas por Bob Daisley y Lee Kerslake (en la edición del 2002 de estos dos discos, habían sido regrabadas por Robert Trujillo y Mike Bordin, por problemas de derechos, lo que fue un sacrilegio para los fanáticos). Hay tres bonus tracks: “You Looking At Me, Looking At You”, un temazo con un estribillo que roza el pop; una versión remezclada de “Goodbye To Romance”, en la que solo se escuchan guitarra y voz; y el más inesperado es un solo de guitarra increíble llamado “RR”.
Después de darle una patada en la cara a la industria musical, la misma formación graba “Diary of a Madman” y lo edita el 7 de Noviembre de 1981. Con un comienzo atronador de la batería de Kerslake (en las fotos aparece Tommy Aldridge como baterista, pero no lo fue) arranca “Over The Mountain”. Pocos clásicos tienen un comienzo tan enérgico y reconocible como este, quizá “Pictures Of Home” de Deep Purple, “Painkiller” de Judas Priest y “5 Minutes Alone” de Pantera son algunos. Como ya es costumbre, riffs y solos inolvidables por parte del ya considerado mejor guitarrista del momento.
Le sigue otro himno llamado “Flying High Again” que también continúa siendo de las favoritas de Ozzy a la hora de elegir los temas para los conciertos.
El tercer tema es uno de esos inexplicablemente ignorados por algunos: “You Can’t Kill Rock N’ Roll”, donde Rhoads hace magia y la letra de Ozzy es una declaración de amor y lealtad al rock. “Dejenme solo, no quiero más sus promesas. Porque el rock and roll es mi religión y mi ley. Nunca cambiaré, pueden pensar que es extraño. No pueden matar al rock and roll, está aquí para quedarse. Nací para el rock and roll, estoy aquí para quedarme”. Le sigue “Believer” con ese comienzo fenomenal del bajo de Daisley y un riff hipnotizante de R.R. que también aporta otro de sus solos increíbles.
Continuamos con “Little Dolls”, que nos brinda otro arranque genial en la bata y “Tonight”, una muy buena balada.
Para el final al igual que en “Blizzard…», las últimas dos canciones se fusionan mágicamente. Primero con “S.A.T.O”, un gran tema que dice que podés estar muy alto, pero siempre es posible caer. El tema se va desvaneciendo, y nacen unos arpegios que se transforman lentamente en un riff increíble que da comienzo a uno de los mejores temas de toda la carrera de O. Osbourne. La canción que da nombre al disco es una verdadera obra de arte en todo sentido; la letra, la voz de sufrimiento de Ozzy, los arreglos de guitarra y teclados, la batería y el bajo, y ese final con un coro de iglesia que se suma a los lamentos del cantante.
No hay bonus tracks, pero si hay bonus disc, y eso es una gran noticia para los fanáticos de Ozzy y Randy que siempre queremos escuchar conciertos de esa dupla mágica y no nos alcanza con el “Tribute” lanzado en 1987. El setlist es igual en sus once temas (el “Tribute” tiene tres temas más al final), pero podemos encontrar diferencias en la interpretación, los solos de guitarra y batería (de Tommy Aldridge) no son iguales; y el audio de la grabación tiene menos eco y se escucha menos el público. Aquí podemos escuchar a Ozzy en uno de sus mejores momentos, con muy buena voz, y además con una energía tremenda como siempre, esa que lo hace ser el mejor frontman que haya tenido el heavy metal y quizá el rock. Es un directo anterior a la edición del “Diary of a Madman”, y esto es deducible ya que Ozzy presenta los temas de este disco como canciones nuevas, e incluso la letra de “Believer” está alterada en su orden.
El box set original trae un DVD en donde aparece una gran variedad de músicos desde Lemmy Kilmister, Zakk Wylde, Steve Vai, Tommy Aldridge, etc. En Uruguay se encuentran los discos por separado por el momento.
Oscar Brandi.